Desde hace unos meses, estamos siguiendo con atención todo aquello que está sucediendo al norte de África, que por fin despierta de su letargo y se da cuenta el pueblo africano de que el camino que seguían hasta ahora no era el correcto, y que van a tener que pasar por ese momento de transición a la democracia que toda Europa ya tubo que pasar para poder enderezar su rumbo.
Primero fue Túnez la que a partir de pequeñas uniones de insurrectos contra el régimen dictatorial fue cobrando protagonismo, hasta que por internet se comenzaon a organizar masas de gente para derrocar al gobierno y formar un gobierno provisional, en el que ahora se encuentran a espera de unas elecciones democráticas -que se producirán en junio- .
Similar fue el caso de Egipto, donde internet -facebook principalmente- fue relevante, con la excepción de que Mubarak no quería dar su brazo a torcer tan fácilmente, pero las constantes protestas en la Plaza de la Libertad en el Cairo y el firme apoyo de la población eurpea, hizo que la presión pudiera con él y, a pesar de sus declaraciones para tratar de debilitar a los sublevados, afirmando que no abandonaría el cargo hasta septiembre, terminó por dimitir, dando por finalizada su etapa dictatorial.
Las noticias de estos pronunciamientos corrió como la espuma por el norte de África, y esta vez era el turno de Libia, el caso más complicado hasta el momento. El número de muertos tanto en Túnez como en Egipto no era muy elevado, pero el caso de Libia lo ha multiplicado cuantiosamente. El líder libio, Muamar el Gaddafi, ya lo dejó claro desde el principio, y es que él moriría matando, y por el momento hace ciertas sus intenciones. El poder en Libia está entramado ahora en un vaivén entre los territorios tomados por los ciudadanos y por los fieles a Gadafi. El principal foco de enfrentamientos está sucediendo en Trípoli, la capital del país, ciudad que fue tomada por los insurrectos, pero que han vuelto a recuperar los fieles al régimen, y es que mientras la población mundial se siente apocada por los terribles acontecimientos sucedidos en Japón desde la semana pasada hasta hoy, los gobiernos europeos viven en el más absoluto de los silencios, puede que, por desgracia, la situación libia tome ahora un segundo plano, pero el único país que metió el dedo en la llaga ha sido Estados Unidos, aunque dándole un énfasis bélico al asunto -como suele ser abitual en ellos- , y quizás en menor medida Francia.
Todo esto bajo la atenta mirada de los ciudadanos, muy dolidos por la situación japonesa, pero muy críticos con la actuación gubernamental, que piensa más con la cartera que con el corazón, que más dará que mueran miles de personas por luchar por sus libertades -algo ciertamente paradójico- , si lo que nos interesa no es condenar eso, si no ser unos canallas, ver, oir y callar, no vaya a ser que el malo triunfe en esta película y por apoyar públicamente a los buenos, luego seamos nosotros los que paguemos porque carezcamos de petróleo, si hombre si, que suba el precio de este bien tan codiciado, que ya se encargan ellos de reducirnos la velocidad.
Toda esta pasividad se tradujo en desconcierto para la poblacion, qu no entemdia como a pesar de ser una situacion tan extremadamente delicada y, ademas, tan claramente condenable por los organismos internacionales y los gobiernos estatales, no eran capaces de dictaminar nada en contra de esa aberracion contra los derechos humanos, teniendo toda la sociedad una sentencia clara, Gadafi culpable - excepto dos o tres, ejemplo, Chavez- .
Por fin y tras varias y largas semanas la ONU ha decidido regular la situacion de Libia, y con la union de europa y eeuu ha decidido atacar Libia, lo que ha forzado a Gadafi a pedir a sus soldados un alto el fuego, por lo que, aunque la situacion este muy tensa, parece que su fin se aproxima.
Y si, mas vale tarde que nunca, pero en casos tan escandalosos y con una solucion tan clara, cuanto antes mejor..
Ahora llega el turno para el resto de África y oriente, van comenzando nuevas revueltas, que esperemos que triunfen. Todo el apoyo para Marruecos, Yemen y Bahrein.
Ánimo a Libia, y ánimo al pueblo japonés.